- Año: 2015
Descripción de los arquitectos. Situado en el borde de la zona del Patrimonio de la Humanidad de Georgetown, este espacio multifuncional de arte y alojamiento se convierte a un shophouse de 2 pisos del Estrecho de China.
El diseño aspira a reunir el pasado y el presente mediante la inserción de un nuevo pabellón de acero de tres pisos en la parte posterior del típico y largo sitio estrecho del shophouse, preservando el bloque delantero con su fachada en la calle histórica y la estructura original del piso de madera.
Habiendo sido utilizado como almacén, la parte trasera de la casa estaba muy deteriorada y modificada, justificando de esta manera, su reconstrucción completa. Las viejas viguetas de madera fueron recuperadas y recicladas para reemplazar elementos de madera desgastados en la sección delantera.
Una característica distintiva de este shophouse es su ubicación estrecha y larga que resulta en una estrecha brecha con su vecino. El diseño explotó esto como una oportunidad para insertar un angosto pozo de luz a lo largo de toda la longitud del edificio, trayendo así la luz del día y la ventilación natural en los típicos interiores oscuros de la mayoría de los shophouses.
Todas las habitaciones del edificio ahora se abren a esta ranura de luz, otorgando iluminación y ventilación natural a todas los espacios. Por otro lado, de forma similar, la nueva estructura de acero se separa de la pared, desenganchando así la nueva estructura y permitiendo que la luz del día filtre todo el camino hasta la planta baja, facilitando asimismo la nueva base sin intervenir con el antiguo cimiento de la pared del partido.
El patio es donde el viejo alerón de la parte delantera se enfrenta a lo nuevo, donde se puede experimentar plenamente la intervención sin pretensiones de una estructura moderna de acero y donde el presente involucra el pasado. También es el espacio donde el interior y el exterior se funden en la celebración del clima tropical. Aquí se experimenta constantemente la luz del cielo, las sombras movedizas de las rápidas nubes pasajeras y la energía de las lluvias monzónicas, creando una conexión constante con la naturaleza en el denso centro histórico de la ciudad.